Feria de Noblejas 2015. Mi experiencia y visión

Como cada año y ya es todo un clásico la Feria de Cerveza Artesana ha tenido lugar el pasado sábado día 19. Por este año se celebró no en la Plaza José Bono como de costumbre años atrás sino en una bodega muy cercana a dicha plaza. Esta es la cuarta edición de esta feria y en estos pocos años ya se ha convertido en todo un referente en el panorama cervecero nacional. Todo por méritos propios y por el buen hacer de Ernesto y Ani que buenos dolores de cabeza les da el hecho de agradar a tanta y tanta gente.

La feria en sí comenzaba a las 12:00 en la esquina de La Tape. ¿En la esquina de La Tape?, pues sí. No quiero dejar de lado todo aquello que rodea a la feria ya que todo es debido al esfuerzo de los anfitriones con el fin de que salga todo perfecto. En esa esquina nos recogía el Birrabús todo un invento que hace que por poco dinero vayamos y vengamos a la feria sin tener miedo de beber lo que sea necesario y luego nos "fichen" en la carretera.

No sabría decir a qué hora llegamos a Noblejas, pudiera ser a las 13:30 ya que salimos de Madrid con cierto retraso. El recinto era amplio, con stands en tres de sus lados y en el otro, al fondo, un escenario para música. Tras aguantar una cola que iba bastante rápido para comprar el vaso (3 euros) me dirijo al stand de Medina donde Jesús estaba pinchando la Medina 888. Muy ríca, fresca con sus notas resinosas. Más allá se encontraba Falken en donde probé su Falken Sour Pang, una colaboración con Sesma. Una Sour muy lograda con matices cítricos.

La siguiente fue la Reptilian IIPA Citra Single Hop Chardonnay Barrel Age, una delicia de cerveza en la que predominan sus notas dulces, uva blanca y vinosas y en la que el amargor sólo aparece levemente al final. Para variar de estilo me decanté por una La Quince Columbus Goes North, una saison muy lograda con buena presencia de notas a levadura, ese fue mi primer paso por allí. De ahí otro cambio de tercio para ir al stand de Guineu donde me tome y disfruté una Guineu Hop Magma con buenas notas frutales, muy resinosa y buena base maltosa y la Guineu Orange Wood, con notas tostadas, matices a naranja amarga y final seco.

De allí al puesto de Laugar, como no podía ser de otra manera. Tras los saludos y abrazos directamente a mis manos llega la Laugar Anniversary 2015, una Imperial Porter muy buena y bien compensada con sus notas a maltas asadas e intensos matices a grano de café y regaliz. La siguió la Laugar Basurde con notas a maltas tostadas, frutos secos y leve amargor final.

Por medio la comida en la que me tomé un plato de carcamusas toledanas que habían cocinado en el stand de Domus, el penúltimo plato antes de que se acabaro todo el perol (qué suerte porque causaron furor). Ni que decir que estaban de muerte y aunque no sea lo más propenso para maridar sí me hubiera tomado un segundo plato, había que echar algo al estómago.

Después de la comida una que me iba a limpiar el paladar: la Wild Beer Sourdough con curiosas notas a lima y bastante acidez. Riquísima. Cayeron dos... Me proponen probar una de esas cervezas que uno solo no sería capaz de beberse solo. La Struise Black Albert Vintage 2012 on Steroids aka BAOS-02. Una de esas experiencias que se prueba una y no más. Había sido embotellada días antes. A pesar de sus muy sutiles notas a turba y maltas asadas predominan de forma escandalosamente desmesurada el contenido alcohólico, sus 40% ABV se hacen bien de notar. Tanto es así que se parece más a un licor café elaborado con orujo que otra cosa.

La Zulogaarden Claymore, una scotch ale destaca por sus notes a toffe, caramelo y maltas tostadas con una buena presencia a frutos secos. La Quince Vanilla Black Velvet 2015 con intensas notas a chocolate negro, maltas tostadas y ligeramente ceniza con buena presencia en boca, mucho mejor que La Quince Vanilla BLack Velvet 2014, probada instantes antes. Siguiendo de nuevo con La Quince pude disfrutar también de La Quince Double Baden IPA, muy resinosa, con leves notas a caramelo, buena base maltosa y matices a cáscara de naranja. Siguiendo con las IPA me fui al stand de la micro alemana invitada Hänscraft y Co en donde me tomé una Backbone Splitter, buena presencia de notas amargas, mandarina, notas herbales y resinosas. En este stand me ofrecieron para probar la Medina 888 Picante. Creo que Jesús tiene un serio problema al echar cayena a sus cervezas que las fastidia demasiado (para mi gusto). Ya pasó con su Medina 9 Maltas Robust Porter Picante hace un tiempo en una Feria de L'Europe del año pasado. Otra que pude tomar, y ya desde hace unas cuantas no en el orden que las he ido nombrando, fue la buenísima Reptilian Apokalypse Oporto Barrel Aged. Todo se ha dicho de este "pepino" de cerveza.

Ya después de todo eso me limité a repetir cervezas, Laugar Anniversary por otras dos veces más, Guineu Hop Magma, Apokalipse oootra vez, etc.

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En cuanto a la feria en sí:

Lo mejor:

- La ubicación es del todo acertada. Precisamente se levantó un día de calor y el hecho de estar bajo cobijo ayudó a pasar mejor la jornada.

- El vaso, nuevo modelo, al estilo de pinta americana con medidas para pinta, media pinta y cuarto de pinta. Todo un acierto.

- El Birrabus aunque ya se ha repetido varios años es todo un puntazo.

- La calidad de expositores, todos ellos ocupando un lugar destacado dentro del panorama cervecero nacional.

- Muy bien el hecho de dejar en la puerta a Domus. No porque deban salir rápido del festival, que no. Sino que ello facilitó a que pudieran tener una plancha fuera y hacer bocadillos a muy buen precio. Al igual que las carcamusas, riquísimas.

Lo peor: 

- Si bien no es culpa de la organización se echó en falta unos servicios más cerca del recinto. Los que había los habían ocupado no sé qué cofradía o hermandad del vino de Noblejas que ese mismo día tenían evento en un local anexo.

- Más grifos para enjuagar los vasos. Sólo había una boca de agua de bomberos disponible que quedaba fuera del recinto y un gran charco que la rodeaba. Si bien no había que esperar mucho era un engorro salir a ello. En muy pocos stands enjuagaban el vaso...

- La música una vez que empezó a tocar el grupo programado. La acústica del local muy mala y si a eso le añadimos un volumen muy alto se hacía imposible hablar y seguir una conversación. Si la música del concierto se mezclaba con la que algunos expositores ponían en sus sitio el escándalo era de locos.

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Ha sido todo sobre Noblejas 2015. El año que viene mucho más con nuevas cervezas, mejores experiencias y genial asistencia.