jueves, 26 de abril de 2018

U.F.O. Fest. La temporada ha comenzado

Comienzo de la temporada festival-cervecera de Madrid y qué mejor que un buen plato fuerte. Todo, sin contar con la Artesana Week 2018 que tuvo lugar una semana antes y que se enfocó más bien a una serie de actividades en locales del madrileño barrio de Lavapiés en torno a la cerveza. 

El U.F.O. Festival organizado por Yria (Ernesto y Ani) tuvo lugar el pasado fin de semana en las instalaciones de CCVK (Enrique Velasco 21), a escasa distancia del Metro de Nueva Numancia..., por ahora, ya que de propias palabras de Daniel de Julián, su propietario, necesita ampliar y espacio ya va quedando menos. Como no podía ser de otra manera ahí estuve yo para no perdérmelo. 

Tras una gestiones previas conseguí mi pase VIP que me daba acceso a las 12:00 del sábado, una hora antes que el público general, con derecho a barra libre de todo lo que pudiera probar durante ese día. Qué penita y qué dolor o como dice un buen amigo mío: todo un sufrimiento.

Tras una espera de 50 minutos por fin pudimos entrar. Cincuenta minutos de retraso con respeto a la hora prevista...: no pasa nada, hay muchas horas por delante. Los momentos previos fueron de saludar a la gente: Jorge Solana, David Gago, Álvaro Toledo, Aurora, Alfre,..., más tarde Israel y poquito más Gonzalo. Vamos, todo un honor compartir cervezas con semejante elenco.


Recojo mi copa snifter, patrocinada por Zombier, pienso que si no se me rompe ya tengo una para mis Impys -estoy harto de usar vasos tipo nonic, shaker o 'dildo-vasos' para este tipo de cervezas. La primera que pruebo nada más ponerme la pulsera de rigor fue la FrauGruber Modern Times, muy rica e ideal para comenzar; me dirijo a la segunda altura y tras beberme la media copa me precipito al baño a enjuagarla y a pedir una Brewski Mistery Monster, necesito más... y paso a la Proclamation Nomenclature DIPA,... me comentan el precio de esta cerveza en lata, la miro, me bebo un sorbo, la vuelvo a mirar, vuelvo a pensar en el precio de la lata, la vuelvo a mirar, miro a los cerveceros, le mango una pegatina y pienso "pues bueno...".

Toca cambio de tercio y voy a una marca segura. Me pido una Alvinne Wild West Kriek Framboos, excelente; de seguido una Alvinne Naakte Elf, un poco menos pera también muy rica. Llega la gente de Magic Rock y me pido una Hedonic Escalation, muy buena y tras ella me dirijo a probar una de las portuguesas presentes en el festival: la Lindinha Lucas Session IPA, una cerveza para olvidar.

Tras la propuesta de comer de Jorge Solana y la referencia de Daniel (CCVK) más que acertada, nos fuímos a llenar el estómago con una hamburguesa a un bar al lado. Por cuatro euros resultó ser todo un acierto. Qué pena haber vuelto a ese sitio y haber pedido la ración de oreja...

Tras ello y con el estómago lleno había que dedicarse en cuerpo y alma a beber cervezas más alcohólicas. No obstante antes me decanto por las Kernel Pale Ale Enigma Nelson Sauvin Centennial y la Kernel IPA Citra. Ambas al estilo Kernel, muy frescas. La Poppels/Brewski Passion (D)IPA y la Yria Brainstorm sin Gluten las siguieron, esta última muy buena y maltosa.

...y llega la chicha de verdad. Ya sin orden ni concierto me bebo la De Molen/Zombier Nibs & Beans BA y la Pyynikin/Post Scriptum/In Peccatum Two Broken Ribs (Møm Brewers). Ambas buenas pero prefiero la De Molen. A todo esto me dicen "prueba esto". Veo las estrellas, alucino,..., a por ella. FrauGruber/Bierol Fruits on Dope. Una pasada de cerveza que hace un buen contrapunto a lo justo probado anteriormente. Y después como me pilla al lado pruebo la Kernel Bière de Saison Damson..., y yo que pensaba que sólo las IPAs de esta gente eran merecedoras de ser cervezones..., craso error. Excelente, la repito.

Para seguir con este estilo vuelvo a repetir con la Alvine Kriek Framboos y alguna otra. Todo llega, así es que escojo la Warpigs Calma Calma Calminha Porto BA. Sencillamente brutal. Tanto es así que la repito de nuevo..., mayor cantidad que antes. La sigue la De Molen Hel & Verdoemenis Bowmore BA Eisbock con 21.3% de ABV de nada..., que no se notan para nada. Después de toda la sesión vespertina en la parte superior del local me entero que magic Rock han pinchado su Barley Wine: la Magic Rock Strongman. Buena pero no emociona y eso que es un estilo que me gusta bastante.



El colofón llega con la Lervig CocoNutz Cake Bourbon Barrel Aged... OMG!!! Buenísima, con sirope de arce, de 10..., una cerveza que a pesar de sus 12% ABV pasan como si nada..., repito.... y repito una última que me llevo de camino al metro para seguir bebiendo en otro local... pero eso es otra historia. El U.F.O. Fest había acabado para mi.

Vamos a la parte crítica de pros y... no contras sino cosas a mejorar, como viene siendo habitual en estos casos:

Cosas a favor:
  1. La ubicación. El hecho de celebrarse en un lugar que se encuentra a cinco minutos de una línea de metro la cual cruza Madrid de sureste a norte con la contidad de correspondencias con otras líneas facilita mucho la cosa al personal tanto a la ida como a la vuelta.
  2. El aforo. Tan temido por mi parte pero que en ningún momento hubo agobios ni para pedir cerveza ni para hablar dentro del local. Otra cosa que por la tarde ya decidiera estar más tiempo fuera que dentro por el calor existente.
  3. El recipiente. Si bien yo me las tomé en copa snifter, el vaso de pinta tenía tres medidas para decidir cuánta capacidad tomar. Un acierto que ya comenté en la crónica del Noblejas cuando se sacaron estos vasos y esta vez no va a ser menos.
  4. El precio de la cerveza. Esto es algo que no puedo opinar pues como he dicho más arriba en mi caso yo tenía 'barra-libre'. De todos modos decir que esta opción para un festival me parece de lo más acertada. Por otro lado no oi ninguna queja respecto a los precios teniendo en cuenta los cervezones que se servían.
  5. La cerveza. Todas top. Sólo hubo una que no me gustó nada de nada pero lo considero meramente anecdótico. En cuanto al resto en sus diferentes estilos: las IPAs muy frescas, las sour para gozarlas, las Impys para disfrutarlas. Muy, muy, muy buena selección.
Cosas a mejorar:
  1. Enjuagado de vasos y baños. Todo en uno. Sólo vi uno disponible la mayor parte del día. No obstante al estar la barra del tap-room de CCVK abierta no hubo problema alguno en facilitar el enjuagado de vasos por parte de a gente de CCVK. Muchas gracias.
En cuanto a las mejores cervezas que tomé, por este orden:
  1. Lervig CocoNutz Cake Bourbon Barrel Aged
  2. Warpigs Calma Calma Calminha Porto BA
  3. FrauGruber/Bierol Fruits on Dope
En definitiva, un festival de diez que para ser su primera edición poco o nada tiene que envidiar a otros celebrados en Madrid. La experiencia cuenta y mucho y es que aquellos mini-festivales de Yria celebrados en Chinaski han hecho las veces de germen de apredizaje para que este saliera como ha salido. Enhorabuena.

Para terminar no quiero dejar la ocasión de volver a comentar a toda la gente con las que compartí charlas y cervezas: Jorge S., Israel, Gonzalo, David G., Álvaro T., Aurora, Alfre, y algún cervecero con los que crucé unas palabras (muy pocas en algún caso): Daniel de CCVK, Menno Olivier de De Molen, Glen de Alvinne o el de la cara blancucha de Proclamation.




Mil gracias a tod@s. Ahora el Beermad y el Founders Madrid Beer & Music Fest esperan...

lunes, 16 de abril de 2018

Rochefort 10 vs. St. Bernardus 12 vs Westvleteren 12

Lo comenté en mi última entrada cuyo tema principal oscilaba en el hecho de comparar cervezas que por unas razones u otras se las equiparan muchas de las veces en según qué círculos nos encontremos. Esa última entrada cuyo tema principal era la comparación entre dos o más botellas fue con motivo de mi #ISD2017 cuando me tomé dos botellas de diferentes añadas (2008 y 2011) de Goose Island Bourbon County Stout. Con diferencias muy claras entre sí.

En esta entrada no van a ser dos o más botellas iguales de diferentes añada sino tres botellas de diferentes elaboradores y que muchas de las veces surgen en conversaciones sobre gustos cerveceros. El combate entre la Rochefort 10, la St. Bernardus 12 y la Westvleteren 12 (R10, SB12 y WV12, respectivamente y en adelante) ha comenzado...

Pero antes de entrar en las características que a MI me parecieron vamos a entrar en faena de cómo conseguí cada una de ellas, la guarda que han tenido, en alguno de los casos de años, etc.

Creo que a nadie le extrañará si digo que la R10 y la SB12 las conseguí de un supermercado. En ambos cosas dicho establecimiento localizado en La Mata (Alicante), lugar de veraneo y en donde en algunos sitios, más allá de supermercados y badulaques, se pueden encontrar algunas buenas cervezas alemanas y/o británicas.

Por otro lado de WV12 de momento en supermercados no, obvio; pero tampoco en ninguna tienda especializada de Madrid u otra ciudad. No será porque no la haya visto, todo lo contrario. Siempre que la veía me decía: "No la cojo porque tengo una guardando y para qué gastarme un dinero para una cerveza que quizás no me va a agradar tanto como se la espera". Esa "una" que la tenía en guarda me llegó por medio de uno de esos intercambios de cerveza que hace un tiempo hacía y que este año he vuelto a retomar. El 'rater' que no sólo me mando esta WV12 sino también una WVIII fue Jan Bolvig, la máxima eminencia en Ratebeer con más de 53000 valoraciones* hechas.

Desde que la recibí, en febrero de 2012, hasta ahora ha estado mimada en pañales, con cambios mínimos de temperatura y protegida de la luz. Seis años en mi casa y seguro que alguno más en la de su propietario inicial. El diseño de la botella, sin serigrafía, sin grabado, sin el anillo rodeando el cuello de la botella, me hace pensar que tiene bastante tiempo encima. Por lo menos bastante antes del cambio de ruta por parte de los monges trapenses de la Abadía de Saint Sixtus para dar a conocer sus afamadas cervezas.



Hechas las introducciones vamos a ver lo que me pareció cada una basado en cinco parámetros (Apariencia, Aroma, Sabor, Final e Impresión):


Rochefort 10 St. Bernardus 12 Westvleteren 12
Apariencia Marrón con espuma de color beige, bastante generosa, con muy buena retención que permanece durante todo el transcurso de ser bebida. Marrón con escasa espuma de color beige, a pesar de la escasez de espuma tiene una gran carbonatación y hace un poco de "geiser". Marrón con mínima espuma de color beige que desaparece muy rápido, casi uno ni se da cuenta de ello para terminar desapareciendo por completo.
Aroma Las notas a caramelo se hacen más presentes que en la SB12. Aparecen también matices a fruta madura y maltas tostadas. Notas a azúcar candé, caramelo, pan tostado, ligeramente especiado. Notas a caramelo, azúcar tostado, especias, frutos secos, levadura. La presencia alcohólica está perfectamente tapada por las notas acarameladas, matices a nueces y almendras tostadas con cietos toques a madera.
Sabor Sabor dulzón, mucho más compensado 
que la SB12 pero sin llegar a ser empalagoso. Buena presencia a notas a pan tostado, almendra y caramelo.
La presencia alcohólica es mucho mayor que en las otras dos, la cual domina sobre las notas acarameladas que aparecen fugazmente. Matices amargos con leve presencia de las típicas levaduras belgas. Sabor ligeramente 
dulce, especiado, notas a azúcar candé, nueces también presentes con un buen contrapunto frutal recordando en ciertos momentos a 
fruta en almíbar.
Final Cerveza muy bien compensada con final ligeramente dulce y con ciertos matices a madera y frutos secos. Sedosa en boca, de trago largo, muy fácil de beber y en la que sus 11.2% de ABV no se notan para nada. Final amargo y alcohólico que la hacen un poco difícil de terminar en comparación con las otras dos. La única que me dejé un poco por terminar. No obstante en el final persisten las notas a pan tostado. Sedosa, densa con notas a fruta madura, quizás pasas, caramelo, frutos secos predominando las almendras, ligeramente dulce y con el alcohol muy bien escondido por las notas acarameladas. Con matices a madera como si hubiera estado envejecida en roble.
Impresión A medida que se van calentando las notas a madera se hacen más presentes con ciertas sensaciones secas en el paladar. Una cerveza muy bien equilibrada pero al final la presencia alcohólica se hace más presente y tomándola a la vez que las otras dos se hace un poco más pesada. Una buena cerveza que a pesar de eso en comparación con las otras dos se queda muy por detrás. Muy alcohólica a pesar de ser la que menos ABV tiene de las tres. A medida que se va calentando va ganando en cuerpo. Una cerveza que colma todas las espectativas que había vertidas en ella; muy bien compensada por las notas dulces, mazapán y graduación alcohólica. Todo el envejecimiento que ha tenido le ha sentado de maravilla. Muy fácil de beber.




Si tengo que ordenarlas según mis gustos no cabe duda que pondría la WV12 como la primera de ellas, y no es por ir a lo fácil. Tengo que decir que sin entrar en la relación calidad/precio la WV12 es una cerveza plena, llena de matices que la hacen que ese 'honroso' primer puesto como la mejor cerveza del mundo que ha tenido durante muchos años esté más que justificado. Eso si, seguida muy de cerca por la R10, la cual encontré muy similar en muchos aspectos. 

Entrando en el factor de calidad/precio no cabe deuda que si nos encontramos con una R10 debermos saber que estamos ante una cerveza que es de lo mejor, no sólo dentro de su estilo, sino también dentro del panorama cervecero belga y que puede, no suplantar a una WV12, pero si quedarse muy cerca de ella.

Muy por debajo de las dos anteriores situaría la SB12, la cual encontré muy poco equilibrada y en la que la percepción alcohólica en boca se hace un tanto molesta si se llega a comparar con la de las otras dos.

¿Cuál es vuestra preferida?

*A fecha de 16 de abril de 2018 tiene 53697 valoraciones en Ratebeer.

sábado, 7 de abril de 2018

Un cumpleaños mañanero que terminó en casi desayuno

...lo vais a tener que leer todo para saber el final de esta historia. Una historia que escribo animado por gente que se nombra a lo largo de la misma y en redes sociales y que también tiene una explicación. Con ello aprovecho dos cosas, mato a dos pájaros de un tiro:
  • No es la primera vez que hablo de una de mis tournes cerveceras pero de eso hace mucho tiempo, años..., y como este blog se llama, según su URL, 'Mis aventuras cerveceras', me viene al pelo contar esta vivencia sabatina.
  • Más tiempo aún hace que no escribo sobre los locales cerveceros de Madrid. Hace años por publicar una entrada de un local me tildaron de no ser nada imparcial con respecto a los locales madrileños. Es mi blog y puedo escribir lo que quiera pero decidí parar de escribir de los locales cerveceros de Madrid por esa razón. Prefiero hacerlo de las ciudades a las que voy de 'japoneseo'. Y que conste que me encantaría igual que tengo un monográfico de París, Kaunas y otras, lo haría encantando de Madrid... en esta entrada algo habrá y no es descartable del todo ya puestos.
Pero bueno que me enredo. Vamos allá...

Ese sábado, 17 de marzo, decidí asistir al cumpleños de David Mateo gracias a la invitación de Israel López. El lugar era el Labirratorium (C/ Vallehermoso, 34): una tienda referente en Madrid. La cerveza a cargo del anfitrión: la Laugar Amarauna. De todos modos y para empezar prefiero probar una de sus cervezas que tienen pinchadas en los seis grifos disponibles. Dudo entre la que está dsponible en el grifo 1 y la Magic Rock Saucery, me decanto por ésta última.

Bajo a la planta baja de Labirratorium y me encuentro con muy buena gente, abrazos a los presentes y sobre todo al cumpleañero por su onomástica y por su vuelta a tierras cristianas (aunque tenga que volver y es que no me olvido de mi cerveza iraní y emiratí...). Aparte de los arriba mencinados tambien Nacho, David Gago, Rafa y Jorge los primigenios 'Como la Birra Misma', Gonzalo Pérez,... otra gente del mundillo. Se acababa de realizar el examen BJCP y cuando Gonzalo me muestra los estilos de las cervezas que había puesto para escudriñar pienso... ¡que mamonazo!. Todas lager menos dos (quizás una), una Guinness simulando una Schwarzbier, ufff. 

Comentando la jugada, o mejor dicho, la jugarreta empiezan a caer las pintas, de Amarauna, claro. ¿Tres?, quizás fueran cuatro. Previamente había caído media de la Haandbryggeriet / Cervisiam Hop Tweak #1 y para no ir cojo también me tomo la Amudsen Bourbon BA Pecan Psychosis y la Dark Horse Scotty Karate Scotch Ale - Bourbon Barrel Aged. Todas ellas maridadas con un buen queso que me dijeron el nombre pero que ya no me acuerdo [empezamos: primera laguna mental]. A todo esto habían llegado Jorge Solana al que di un abrazo que me dolió hasta a mi, Víctor Álvarez, Fernando Sánchez. Para comer me alío con éste último y nos vamos al cercano Mercado de Vallehermoso a comer un bocadillo excelentemente sobrecargado de pastrami en el Craft 69. Acompañado de una Dark Horse Crooked Tree. También un pequeño trago de la Cuernos D Pez Hidra Inmunda. Ni que al pelo...

Para terminar la jornada, ya media tarde, en Labirratorium hago una compra de lo que viene siendo habitual en estos casos: una caja de cerveza variada que recogería en el transcurso de la semana entrante; y es que siempre que voy cae como mínimo... eso: una caja.

De allí vamos al cercano Madrid Tap Room (C/ Guzmán el Bueno, 54). Hacía meses que no volvía por este sitio y me gradó enormemente regresar de nuevo. Mucha más variedad de cerveza, en buenas condiciones y con buen ambiente. Allí caen de una sentada la Salopian Lux Nova, Salopian Kashmir, la colaboración HaandBryggeriet / Stone / BrewDog Inferno, la Wylam / Hawkshead Pleasures In The Darkness y la Prairie No Chill. Eso sí, que nadie se asuste, gracias a los beer-flights disponibles que permiten hacer 4 ticks en poco tiempo aunque al final uno se acabe bebiendo unos tres cuartos de litro en en total..., más lo que me cedió Jorge S. al tenerse que retirar

Ya salgo de allí pandereta y nos vamos al The Beer Garden Tap Room Saloon. El ir andando desde el Tap Room and Beer Garden se agradece sobremanera. Me siento no como nuevo pero sí más despejado a medida que nos vamos acercando a nuestro destino. Íbamos ¿Nacho y Fernando?, [segunda laguna mental], Víctor y yo; quizás me queda alguno. El resto por otros medios motorizados.

Haciendo el ganso
Puertas del Beer Garden
El Beer Garden (C/ Juan de Austria, 23) es uno de los nuevos locales que se han sumado al panorama cervecero de la capital. Al frente está Guillermo que cuenta con una gran experiencia en el sector al haber estado regentando anteriormente su propia tienda con el mismo nombre en Cardenal Cisneros. La pizarra como es de esperar es muy selecta en la que se encuentran algunas cervezas en las que él ha tenido parte activa. Como ya las había probado y buscando otra cerveza nueva que llevarme a la boca me tomo una.... [tercera laguna mental].

Además pruebo un tasting de una lambic, diria que era una kriek; el nombre, y eso que tuve la botella en mis manos varios segundos, ni me acuerdo [cuarta laguna mental]. Las botellas se suceden y pruebo un hidromiel, el B. Nektar Kill all the Golfers; tuve que sacar una foto para acordarme, lo confieso. Empiezo a entamblar una conversación con un italiano que me invita a probar una copa de vino, quizás fuera Montilla... [quinta laguna mental]; estaba muy bueno, eso sí.

Víctor y sus donetes.
Hay otra foro pero esta
me parece más acorde...
¿o quizás la otra menos acorde?
A todo esto había llegado Nacho, por lo que deduzco que fue Fernando uno de ellos con los que me dirigí al Beer Garden y no Nacho en referencia a mi segunda laguna mental comentada más arriba. ¿O quizás no fuera Fernando?, bufff. Precisamente Fernando se encargó de amenizar la estancia en el local pinchando buena música pero que yo escuchaba interrumpidamente por lo que viene ahora. A Victor le tuvimos que sentar en la puerta del Beer Garden, por el lado de la calle. Con una melopea de campeonato lo que había que hacer era despejarle. Así, cual vieja que se pone en los portales de las casas de los pueblos le tenemos allí, sentado en una silla, con varios de nosotros acompañándole en coordinados relevos que ni el equipo olímpico de 4x100 de Jamaica. Se le compran unos Donettes para amortiguar el impacto de la cerveza en el estómago, le pasamos dentro del local, me pongo a atusarle la barba yo pensando en cuándo mi perilla puede alcanzar semajante longitud, me mira con cara de estupefacto y yo diría que pensando sobre mi "¿qué coño hace este gilipuertas atusándome la barba?", se le da agua, veo abrazarse a la gente con él, él con la gente, yo con él, él conmigo, veo sentimientos a flor de piel...

Fernando pinchando música
Va por ustedes!
Por su bien se le contrata un Cabify que le lleve a casa. La recuperación fue buena, al día siguiente ya se le vio por las redes sociales. Otra de las botellas que cayó fue la Port Brewing Older Viscosity. Muy buena. Mi turno para la botella a compartir con unas cinco o seis copas, le digo a Guillermo que me lleve a las catacumbas para que pueda elegir. Bajamos a la planta de abajo, que sirve de almacén y tras enseñarme tres o cuatro botellas me decido por la Clown Shoes Blaecorn Unidragon. Pepinazo.

Terminamos la estancia allí y nos dirigimos, esta vez en Cabify, al Brew Wild Pizza Bar (C/ Echegaray, 23). Un local que en poco tiempo, no lleva ni un año, se ha convertido en todo un referente y sitio de paso obligado. Como cualquier otro sábado hay varios grupos de gente fuera, fumando y charlando; señal casi inequívoca que dentro está a tope. Así fue. Tras escudriñar un poco la pizarra me decido por otro beer-flight, a saber: la Porterhouse Dublin Pale, la Hi-Wire Strongman Coffee Milk Stout, la ART 9 / Browar Stu Mostów / Bristol Brewing Oatmel Hoptart y... [sexta laguna mental... y 1000 neuronas menos]. Pocas veces bebo cerveza con desgana pero esta fue una de ellas si no fuera por la polaca, la cual me gustó bastante. Reunidos en una mesa redonda en la planta baja del local disfrutamos de las cervezas, unos más y otros menos como ya he comentado antes. No sé qué hora sería pero había que retirarse y muchas de las veces más vale una retirada a tiempo...

Al rato despues de pagar mi tasting me veo fuera del local con los pocos que quedábamos, era pronto, ¡ojo!, pero es que la cosa engaña. Estar bebiendo desde las 13:30 hasta las 00:00 (que serían) hace estragos. Tocan despedidas de la gente con el pensamiento de coger el metro. Estaba yo sobón (previamente barba de Victor) y dos veces que nos abrazamos Israel y yo como de despedida termino ese abrazo frotándole su cuero (des)cabulludo; quizás yo pensando que podría hacer lo mismo... para lo que me queda.... No sé de quién más me despedí y ni siquiera si lo hice [séptima laguna mental].

A partir de aquí se me hace todo dificilíiiisimo que recordar...

Sé que me monto en el metro en Antón Martín, más que nada por que es la más cercana y no me veo yo bajando la C/ Huertas y posterior Pº de Recoletos para montarme en Atocha. Recuerdo ir en metro de pie, casi mejor ya que si me hubiera sentado habría caido la posibilidad de quedarme sobado y aparecer en algún aparcadero del metro... Me bajo en mi parada, esta vez Sierra de Guadalupe, que es donde tengo el coche aparcado. No es que sea mi parada más cercana pero si en alguna de estas salidas en vez de volver en metro vuelvo en búho este sitio sí que es un punto de interconexión de metro-búho. En coche tengo diez minutos hasta casa, podrian ser las 00:30. Me acuerdo de recordar dónde tenía el Astra aparcado pero no me acuerdo de maniobrar para sacarlo, ni de hacer una pirula haciendo un cambio de sentido para poner rumbo a casa  [octava laguna mental]. Sí me acuerdo de meter el coche en el garage y de saludar al conserge al pasar yo dentro del mismo y él en la garita. 

Rampa para abajo, paso entre dos columnas que delimitan dos plazas de garage. Otra rampa hacia abajo; giro de 90 grados a la derecha pasando entre tres columnas; giro a la izquierda con una columna a mi lado y una pared a la derecha; otro giro a la izquierda con otras dos columnas; todo recto y otro a la izquierda con otra columna a mi lado y otra pared; otra rampa hacia abajo y paso por entre otras tres columnas haciendo a la vez un giro a la izquierda;... Muchas columnas tiene el garage y creo que se apartan de mi al pasar. Al llegar a la altura de mi plaza maniobra para marcha atrás y llegué, serían las 00:45. A todo esto, de estas maniobras no me acuerdo, no sólo ahora ni tan siquiera el día posterior [novena múltiple laguna mental  y otras 5000 neuronas menos].

Y llegué... y hasta ahí. Creo ver al conserge en una de sus rondas por el garage a lo largo de la noche. ¿Hora? ni idea; pero si recuerdo levantar la mano o al menos hacer el ademán de saludarle como diciendo que "todo va bien"... o al menos "no está la cosa del todo mal" [décima laguna mental]. Me despierto, "vaya cabezadita que he tenido". Miro el reloj... OSTRAS!!! las 06:30. Ascensor y a la cama a seguir durmiendo. Toca recoger los trastos y ese era yo...

Al día siguiente con dolor en todo el cuerpo y cierto malestar lo paso a duras penas. Estoy una miajita menos que muerto... pero que me quiten lo bailao. Hasta la siguiente.