domingo, 2 de diciembre de 2018

De cervezas por Valencia

Que tenía ganas de ir a Valencia en plan cervecero era más o menos 'vox populi'. Que encima me viera, en las pocas horas que estuve, con dos personas a los que considero grandes amigos eso es innegable. Que para redondear las poco más de 24 horas que estuve, con un encuentro de coleccionismo es de ser un viaje aprovechado a tope y con vistas a repetir más pronto que tarde.

Viernes 9 de noviembre, festivo en Madrid, no trabajo. Tengo idea de salir por la mañana tranquilamente de Madrid y llegar a VLC con margen y a mediodía como para hacer unas visitas obligadas y de rigor.

Al llegar a VLC y antes de hacer el check-in en el hotel voy a La Boutique de la Cerveza a ver, como he dicho más arriba, a Txema. No le iba a ver más durante mi estancia allí debido a un viaje organizado hacía tiempo por su parte así es que era "entonces o nunca". Allí me encuentro también con Juan C. Cortón, coleccionista de etiquetas que asistió a la primera parte del encuentro de coleccionismo (la visita a Tyris) y luego el resto del fin de semana lo dedicó al "japoneseo". No duró mucho mi estancia allí debido a mi intranquilidad por haber dejado el coche en un vado. No obstante nos dio tiempo para hacernos la foto de rigor, instándole a Txema que me pasaría a primera hora de la tarde para comprar alguna cosa que ya le había echado el ojo.

Voy al hotel y después del check-in caigo en la cuenta que le tenía que haber preguntado a Txema algún sitio para comer y si puede ser acompañar la comida con cerveza artesana. Como opciones tengo un vegano con Nomada y una cafetería-librería con menús con Tyris. Segunda opción, lo tengo claro. 

El Ubik Café situado en pleno Ruzafa en la calle Literato Azorín, es un local muy tranquilo. A la hora a la que fui la cocina estaba a punto de cerrar así es que sólo me permitieron elegir medio menú. A primera vista ya sentado en la mesa me pareció un local muy curioso: estanterías repletas de libros y al lado mesas donde comer..., pero también para pasar la sobremesa. Mucha gente joven, principalmente extranjera,  con ordenadores propios; otros tomando ya café o té; yo empezando a comer. Para elegir opto por un "Timbal de ternera con huevo duro y espinacas" y de postre "Salami de chocolate". Ambos platos riquísimos, especialmente sabrosa la carne con trocitos de espinaca entre medias. El postre de chocolate con trocitos de galleta que para nada hacían que se hiciera pesado. Soy muy poco de chocolate pero este postre estaba brutal y literalmente voló del plato. Para mojarlo todo una Tyris Amor Amargo. Muy buena impresión percibida de este local a precios muy ajustados.

Apenas unos metros más adelante en la acera opuesta en el número 8 se encuentra el Restaurante Copenhagen. Un local de diseño y a la hora que entré, sobre las 17:00, casi vacío. En este caso no puedo opinar de la comida pero sí de la cerveza. Aparte de tener un grifo de cerveza industrial mezclando un diseño modernista con arabescos puedo ver unas tres o cuatro artesanas locales y una selección de unas 7 u 8 Nómada. Me quedo con las ganas de beberme una cerveza para digerir la comida, preferiblemente con alta graduación. Al no tener nada dentro de esa gama de cervezas opto por una Nómada Revontulet. Sin estar mala la encuentro mejorable.

Casi ya iba a contrarreloj con todo lo que tenía que hacer a lo largo de la tarde y ya estaba en lo que se suele decir en ese periodo de tiempo de "media-tarde". Vuelvo de nuevo a La Boutique de la Cerveza. Ya sabía que no estaba Txema pero me encuentro con Paco Morrió, reponiendo las dos neveras que tiene la tienda con latas y botellas dentro del estilo IPA. No 'Hazy', no 'Session',... IPAs como Dios manda, como le gustan a él. En uno de los estantes veo una botella que me llama la atención. La cerveza perfecta que estaba buscando minutos antes: la H2ÖL H2Stout Imperial Caramelet Stout. Es una cerveza muy compleja, uno se da cuenta de ello desde el primer trago. Predominio de fruta madura, ciruelas pasas, higos secos, café, maltas tostadas, caramelo quemado. Compro unas botellas y unas latas y me voy al hotel que ya llego justo a mi siguiente compromiso.

Una ducha de rigor y rápida para coger el coche e ir a Paterna a la fábrica que tiene Tyris en el Pol. Ind. Fuente del Jarro (C/Ciudad de Sevilla 16-18). Comienzan las actividades que forman parte de encuentro de coleccionismo de Celce. Al entrar al tap-room se nos ofrece cerveza a go-go. Cualquiera que quisiéramos, mayormente me decanto por la Amor Amargo o por la VIPA. Tras beber unas 4 o 5, quizás 6, medias pintas tocaba visita a las instalaciones bajo la dirección y explicación de Daniel Vara, uno de los co-fundadores de Tyris. Impresionante proyecto con una producción de 1200M de litros, aunque la pregunta que le hice casi al final del 'tour' se quedó un poco en la nebulosa. A saber: teniendo en cuenta que Tyris está en supermercados -lo adelantó en uno de sus comentarios- y con la premisa más que conocida del poco cuidado de las grandes superficies hacia un producto como este ¿cómo afronta Tyris este aspecto y si da alguna exigencia/explicación a la gran superficie de cómo deben cuidar el mismo?. Termina el 'tour' y me tomo una última rápida pues ya tenía varios mensajes del mega-crack Kamon IPA.

Tengo que llegar al hotel, aparcar el coche, buscar un cajero,... y todo con un atascazo por choque múltiple al final de la Avenida Ausias March en donde tenía mi hotel. Le doy una estimada y mientras espera en el H2ÖL Craft Beer Lab va encargando una pizza en Pizza al Trancio. Llega el taxi, tengo ganas a la vez que espectación. No veo a Kamon desde el último Noblejas, octubre de 2016. Abrazaco, fuerte..., muy fuerte. Me presenta a la gente del local, a la pizarra de cervezas, buena y variada, y a la pizza que nos estaba esperando. Foto de rigor al pedir la pinta, en mi caso una Edge Hoptimista y antes de comenzar a comer. La pizza muy buena y me como las dos primeras porciones como si no hubiera un mañana. La tercera también entra sola. Interesantes conversaciones centradas en la controversia del último Beermad así como de los blogueros que anteponen los ideales de una gran marca cervecera a los del mundillo craft. Recordamos varias veces anteriores encuentros, entre ellos el mas arriba mencionado Noblejas, cómo ha cambiado todo...

De allí nos vamos al Olhöps. Muy cerca, un breve paseo por esa zona de la ciudad de Valencia que tanto ha cambiado para bien, para pasar de un barrio ¿"marginado y abandonado", serían adjetivos apropiados? a un barrio donde los precios de las viviendas se han disparado, junto a la proliferación de locales hosteleros a partir de la reconstrucción de edificios. Gentrificación se llama esto. De camino al Olhöps Kamon se para en seco y me dice riendo algo así como "mira ese el hotel de Israel... siempre que viene se aloja en ese sitio porque está al lado de Olhöps". Igual que tú, contesto, en Zaragoza alojándote en el Ibis al lado del Beer Corner. Risas con lo ocurrido el verano pasado.

Llegamos al Olhöps. Nos sentamos en la barra, justo enfrente de los grifos, desde siempre mi sitio favorito en cualquier cervecería. Quizás sea por ver de cerca la cerveza al ser vertida sobre el vaso lo cual provoca cierto hipnotismo. Pizarra muy variada pero hay dos que desde el principio se me quedan grabadas, la primera una Omnipollo Nebuchadnezzar IIPA, media pinta. Seguimos. Esta vez Kamonsito se nos mete de lleno en la conversación. Como es él, tan atrevido como elocuente. De su desaparición y afortunadamente de su vuelta al mundo, principalmente dando su opinión crítica sobre las últimas noticias que han habido en las RRSS. De sus colaboraciones futuras... Siguiendo con festivales me comenta su experiencia de la pasada feria de Mediona. De cuando se encuentra con Carles de Agullons, o con Andrew de Dougall's y cómo es su reacción, incluyendo documentos gráficos de ambos momentos. Me parto... 


A todo esto ya había pedido la segunda opción del local: la Omnipollo Agamemnon Maple Syrup Imperial Stout. Birrotazo que apunta a mi top anual. Una cerveza que entra sola por su sedosidad en boca, todo muy bien integrado. Aparte pruebo un trago de la que se pide Kamon, la misma que me tomé por la tarde en La Boutique de la Cerveza pero en este caso la H2ÖL H2Stout Caramelet Stout Barrel Aged. Prefiero la que está sin embarricar. Me cuenta de otros locales cerveceros de obligada visita para mi próxima vez que esté en VLC y él mismo se ofrece de mi 'cicerone'. No hay mejor, pienso y me intento autoconvencer que tendré que volver en breve. Nos toca hacer las fotos de rigor. Para mi otro 'tick', en este caso muy especial. Para Kamon, otra foto más de las que tiene en el mismo rincon del Olhöps Hall of Fame. Toca despedirse pero había sido un encuentro único. Otro abrazo, más fuerte si cabe que el que nos dimos cuando nos vimos en el primer local de nuestra 'tourne'.

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A la mañana siguiente las ocho y poco tocan pronto. Mi cama del hotel era tan ancha como larga. Eso quiere decir que era de unos 2 metros de largo (porque no sacaba los pies como me suele ocurrir algunas veces en otros hoteles) por otros tantos de ancho; pero yo las pocas horas de sueño que he dormido he estado en el mismo sitio sin moverme. Estaba realmente cansado al final de la noche. Me esperaba un día duro y largo. Desayuno algo en el hotel, poca cosa, hago el check-out y me voy de nuevo a Paterna. Ni rastro del accidente de la noche anterior en la avenida Ausias March. Ya en Paterna de nuevo reencuentro con coleccionistas y grandes amigos procedentes de BCN: Edu, José Luís, Mikel; pero también de otros sitios de España: Edu de Castellón, Sebas de Murcia. El encuentro en sí se me da muy bien. Hacía tiempo que no era de provecho y en muchos de los últimos casos me volvía a casa con no más de 15-20 posavasos. En este caso fueron unos 70, no sólo de España sino también de paises exóticos, lo cual me tuvo ocupado a la postre unos días subiéndolos a mi web (muy pronto haré su presentación pública por este mismo medio). 

Acabado el encuentro tengo que volver a VLC, comer un pincho de tortilla con un refresco de 'cola' en un bar abierto, ir a la Avenida del Cid para recoger a mis 'Bla Bla' y de vuelta a Madrid. El fin de semana había terminado.

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